Mi Camino: De la Medicina Convencional a la Sanación Integral
Desde que era una niña, sentí una profunda conexión con la sanación. No sabía exactamente cómo ni por qué, pero dentro de mí había un llamado innegable a ayudar a otros a recuperar su paz, bienestar y felicidad. Con esa certeza, decidí estudiar medicina, convencida de que la ciencia tenía todas las respuestas para aliviar el sufrimiento humano. Me formé como Médico Cirujano y Partero en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, dedicando años de mi vida a comprender el cuerpo humano y sus enfermedades.
Creía que con el conocimiento médico convencional bastaba para sanar, que cada padecimiento tenía una causa física concreta y una solución específica. Sin embargo, la vida tenía otros planes para mí.
En 2007, un accidente cambió mi vida para siempre, dejándome casi parapléjica. De un momento a otro, pasé de ser la médica que acompañaba a sus pacientes en su proceso de sanación a convertirme en la paciente. Fue un período desafiante, donde enfrenté no solo el dolor físico, sino también la incertidumbre, la frustración y una sensación abrumadora de vulnerabilidad.
La medicina alopática me ofrecía tratamientos parciales y respuestas fatalistas, pero en mi interior sabía que mi sanación completa era posible. Fue entonces cuando emprendí un viaje de autodescubrimiento, cuestionándome creencias arraigadas y abriéndome a otros caminos de sanación. Comprendí que la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino un equilibrio profundo entre cuerpo, mente, emociones y espíritu.
El encuentro con la Medicina Integrativa
Mi primer acercamiento fue con la Medicina Tradicional China, una disciplina que me ayudó no solo en mi recuperación física, sino que también me abrió las puertas a una nueva forma de comprender el cuerpo y su energía vital. Pero mi búsqueda no se detuvo ahí. Me sumergí en estudios que jamás habría considerado antes, integrando herramientas que hoy forman parte fundamental de mi práctica.
Me certifiqué en Tanatología, comprendiendo que muchas enfermedades físicas tienen raíces emocionales y que la pérdida, en todas sus formas, es parte del proceso humano. Me adentré en la Biodescodificación, descubriendo cómo las memorias emocionales y los patrones familiares pueden manifestarse en el cuerpo como enfermedades. Aprendí Constelaciones Familiares, un camino fascinante para desentrañar las cargas que heredamos y que muchas veces nos limitan sin saberlo.
Estudié Acupuntura y Electroacupuntura, comprendiendo cómo la estimulación eléctrica influye como técnica en los meridianos energéticos para recuperar el bienestar en menos tiempo. Me formé en Medicina Energética y Reiki, experimentando cómo la sanación va más allá de lo visible. Me certifiqué en Terapia Floral, descubriendo el impacto de las esencias naturales en las emociones y el cuerpo.
A través del Yoga y la Respiración Consciente con Meditación Budista, aprendí que el cuerpo almacena memorias de nuestras experiencias y que liberar la energía estancada es clave para que tu sistema músculo-esquelético obtenga bienestar.
Con cada aprendizaje, con cada experiencia, mi visión de la medicina se expandió. Comprendí que la verdadera sanación no solo alivia síntomas, sino que transforma vidas. Que las enfermedades nunca son un enemigo a vencer, sino un mensaje que el cuerpo y la consciencia universal nos envía para que prestemos atención a lo que necesita ser sanado en un nivel más profundo. Que la ciencia y la espiritualidad no están separadas, sino que pueden coexistir para ofrecer una visión más completa del ser humano.
Así nació Madre Medicina, un espacio donde convergen el conocimiento científico, las terapias integrativas y la espiritualidad, donde se honra la medicina científica sin dejar de lado la sabiduría ancestral. Más que un proyecto, es una misión de vida.
En este espacio, cada persona encuentra su propio camino de sanación, sin juicios, sin imposiciones, con total respeto por su proceso y su historia.
Hoy, mi propósito es compartir este conocimiento, no solo como médica, sino como guía y acompañante en el camino de quienes buscan una sanación real.
Nunca se ha tratado solo de enfermedades, sino de entender el mensaje detrás de ellas. Tampoco es solo aliviar el dolor, sino transformar la raíz del sufrimiento. Porque cuando nos permitimos sanar desde adentro, el cuerpo responde, la mente se libera y el alma se expande.
Si has llegado hasta aquí, si sientes que hay algo más allá de lo que te han enseñado, te invito a descubrirlo juntos. La sanación es un viaje, y en Madre Medicina, caminamos a tu lado.